Hace un año exactamente, nos embarcamos en un viaje en lancha motorizada río arriba por la cuenca de uno de los géneros más tóxicos, estimulantes, desconcertantes y, cuando hechos de la manera correcta (y en más de una ocasión la manera incorrecta es la más correcta) absolutamente reconfortantes y satisfactorios (aún si eso significa la pérdida de la memoria, inocencia, consciencia, calma, etc.). No hay mejor ocasión, en mi humilde opinión, para hacer un comeback de proporciones épicas (los Giants de San Francisco nos dieron una sólida definición de lo que eso significa) al pequeño pero querido espacio virtual de crítica fílmica al que tanto tiempo, esfuerzo y arrogancia le hemos dedicado.
No vale la pena decir que viene todavía, sólo estén seguros que hay sorpresas en el camino: sorpresas pequeñas, grandes y emocionantes, las primeras siendo una sólida y secreta combinación de 5 reseñas sobre filmes de Horror, comenzando mañana mismo y en este mismo lugar por mi compañero Valtam y finalizando el 31 de octubre, día de las brujas, por este servidor. Las demás serán reveladas a su debido tiempo, cómo los sospechosos en un whodunnit de Agatha Christie. Pero no se preocupen, y sobre todo, no olviden que todo esto es tanto de ustedes cómo nosotros: desde indignados e irracionales detractores hasta ciegas y rábicas porristas, les recibimos con los brazos tan abiertos cómo nos es posible (que desde nuestra altísima montaña de esnobismo y onanismo no es mucho, pero es propio y es honesto, dos ¿cualidades? imperturbables e irrompibles bajo nuestros ojos). De esta forma damos inicio a nueva etapa en Filmigrana, etapa que será explicada con más profundidad en un próximo y menos ambiguo filler. Por ahora, nos reconocemos de nuevo. Ya tendremos tiempo de adelantarnos.
Simultánea a la directiva de añadir nuevos artículos, tanto nuestros como de los colaboradores que a través de inescrupulosos engaños desinteresadamente nos aportan su material, se encuentra la aparición de este artículo, una pequeña pieza de meditación que, si no fuera por los caprichos de la administración de este espacio, valdría más situarlo en Monk’s que en cualquier otro lugar; y mucho menos en Filmigrana, aquel reputado espacio de elegancia y panache donde abundan las discusiones sensatas. Por supuesto que no.
Sin embargo aquí estoy, con toda la intención de plantear una pequeña reflexión de último minuto. Por cuestiones de tiempo, y también por nuestra ondulante voluntad, no se publicaron muchas cosas que se tenían planeadas para el mes de mayo. Varias de ellas no vieron la luz en ningún momento, y otras se quedaron en borradores perpetuos y versiones de evaluación, como muchos de nuestros proyectos. Dejando constancia de eso último, me abstendré de convertir esto en una sección de avances, aunque no por eso dejaré de hablar de situaciones actuales en materia de cine, que es lo que nos importa acá.
Es el mes de junio, y se viene una cantidad generosa de películas, muchas de las cuales recomendamos personalmente. Ya lo mencioné, no vamos a hablar de esas películas en concreto, pero si se me permite, voy a hacer unos apuntes sobre lo que pienso del ‘verano’ en las salas de cine colombianas. Todos ustedes, estimados lectores, sabrán acerca de la película nacional que se estrenó en carteleras este pasado viernes, y conocen (o intuyen) nuestra relación con similares películas producidas y/o escritas por Dago García. Mi Gente Linda, Mi Gente Bella puede llegar, con espacio a la discusión, a ser el epítome de todo lo dicho y escrito sobre la obra de este pintoresco autor, en cuanto a su retrato de la cultura y su concepto de nacionalidad. Y con aquel inciso de ‘espacio a la discusión’ no estoy siendo eufemístico, ya que el sólo hecho de haber empleado el término “autor”, incluso coqueteándole a la manida idea de auteur, sé que muchos se van a calentar sin remedio, y a lanzar acusaciones obscenamente detalladas acerca de cómo soy un hablamierda y un barato mercader de las palabras. Pero eso no es tan importante (o al menos no en este artículo), y preferiría seguir por el hilo que estoy intentando construir a estas alturas.
La sola sinopsis de la película se lee como una esquela conmemorativa de la ya difunta campaña Colombia es Pasión, donde reina el imaginario de la verraquera, el sudor y, entre otros punzantes términos, la malicia indígena con la que están dotados varios de los habitantes de este gorro frigio bañado en dos mares. También está en pie de discusión la naturaleza potencialmente negativa de ese sistema de valores que hemos asumido a través de una permeada cultura popular, y de cómo ese sistema permite que pasemos de largo muchos desagravios que, en otras latitudes, se considerarían altamente profanos e insolentes, porque está en nuestra naturaleza pasar por las malas y las peores, así como ser rumberos y tropicales nos pone de buen genio, y en linea de conga un gran et cétera. Pero eso último también quedará por fuera de este artículo, dándole pie nuevamente al asunto al que intento e intento llegar.
Porque, volviendo al carrete, no nos podemos mentir en lo fácil que resulta atacar un cine que fabrica estereotipos sociales a partir de la nada (podría estar empleando el término equivocado, espero alguien me corrija) y los establece como un estándar, y de las nutridas ganancias que generan esas mismas películas en fechas tan infames para el entretenimiento como lo son todos y cada uno de los 25 de diciembre de los últimos 12 años. Resulta siendo una diana gordísima la que hemos colgado a hombros de los responsables de este tipo de películas, pero ¿No resulta sospechoso lo fácil que sean esas denuncias ante los atajos que se toman esas narrativas? Incluso cuando el mismo Dago García admite que lo suyo es la comedia blanca y el entretenimiento, ¿No se está siendo muy extremo al negar el valor intrínseco de la realización de esas películas, dentro de lo que se espera que sea una sana industria cinematográfica?
Wow.
Me puedo estar metiendo en una camisa de once varas con esa última interrogante, porque ni siquiera en nuestro vecino país del norte (eje de exportación cultural como ningún otro se conoce en estas latitudes) se puede hablar de una sana industria cinematográfica: los estudios, bajo la jurisdiscción de los grandes conglomerados de la información, son bastante reticentes a producir propiedades originales o arriesgadas, y se aboga a las secuelas, reboots o adaptaciones de propiedades populares. E incluso eso mismo puede empezar a suceder desde este momento, siendo que estamos a punto de presenciar lo que, de acuerdo a mi memoria que suele fallar, parece ser la primera secuela directa de una película colombiana. Aquí también me refiero a una producción de Dago García, esta vez bajo el yelmo de Harold Trompetero (responsable de la primera), El Paseo y El Paseo 2 parecen subrayar esa idiosincrasia que, sin saberlo, hemos adquirido a partir de cultura popular, cultura que no hemos construído sino que más bien nos ha venido construyendo con el paso de los años, dotándonos de una imagen muy difícil de remover.
Tanto cultural como cinematográficamente estas películas suelen ser vilipendiadas por círculos a los que no soy ajeno, y queriendo volver a las interrogantes que planteé, ¿Por qué es tan fácil despreciarlas? ¿Qué hay en ellas que sacudan los ánimos de los cinefilines más diletantes? ¿Se trata acaso del abaratamiento de costes que implica el diseño de publicidad, espantoso cuando menos? ¿O es que el acceso a los equipos de avanzada de Canal Caracol hace aún más irrisoria la calidad con la que suelen estar rodadas?
Queriendo finiquitar primero unos compromisos pendientes, tengo sólidamente planeado verme Mi Gente Linda, Mi Gente Bella esta semana, sin falta. No quiero proferir catilinarias sobre esta película, tomando en cuenta que no sólo queremos continuar de manera placentera nuestras Impresiones de Cine Colombiano sino que además ya está mandado a recoger el reaccionario proceder del rechazo inmediato a una película; es algo estúpido, y sólo deja ver una actitud de molesta pedantería y falso conocimiento que eventualmente será devuelta a los autores, cuando estos quieran dar a conocer sus creaciones (Filmigrana siendo una de ellas, en nuestro caso).
Además, hablar basura de esta película es inútil, porque su productora seguirá ganando dinero con ella, y cuando se hagan secuelas, reboots y franquicias girando en torno a las colombianadas amparadas por las carimañolas con suero y el Divino Niño Salvador plotteado en una buseta, nuestros adjetivos y derisivos habrán caído en una profunda vatea, junto con los de otros miles que se quejan en vano mientras la cartelera continúa impasible. Intentaremos, más bien, deshuesar la experiencia fílmica y ver qué es lo que hay detrás, más allá de lo bueno o malo que pueda representar para nuestra incipiente industria. Que no sea un lomo para banderillas, aunque tengan por seguro que tampoco nos iremos a las caridades y elogios.
No neguemos que esta clase de películas hacen parte de nuestro país, por algo la gente se ríe (para bien o para mal) mientras las ve y ganan cantidades obscenas de dinero en el proceso; pero pensemos por un momento, ¿Qué podemos hacer todos para dar una visión más apropiada? Y ese todos es realmente incluyente, porque no hay actualmente cámara compacta de baja gama, artículo tan ubicuo como los televisores o (en menor medida) los celulares inteligentes, que no pueda grabar video en una definición decente. Y tampoco hay que decir que el cine se limita al celuloide 35mm.
Quienes estén hartos o con ganas de ver algo distinto, escriban sobre ese otro cine (un perezoso ejemplar aquí presente) o mejor aún, hagan su propio cine, actualmente ya está sucediendo y gente es lo que todavía cabe. Sean bienvenidos.
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Ps: al cine de animación todavía le hace falta mucho trecho. Es una lástima que Gordo, Calvo y Bajito haya tenido una cobertura tan estrecha, pero no se puede esperar mucho de una película en la que (de acuerdo a reportes de una fuente muy confiable) la gente desertaba apenas veía que era de ‘dibujitos’. Realmente una lástima.
Han sido un largo par de semanas, y, tras franquear obstáculos y responsabilidades varias en nuestras vidas terrenales, nos encontramos una vez más acá en Filmigrana para volver a poner la pelota en ruedo. ¿Que puedo decirles, que tengo que decirles, que debo decirles? Bueno, para empezar no estaría mal hacer un resumen breve de lo que va a ocurrir en las semanas siguientes (así creando un contrato escrito que luego será más difícil de evadir, al menos moralmente): Para empezar, tenemos nuestro próximo y tercer Podcast, a ser publicado en el transcurso de la semana que viene y del cual ya tenemos un selecto y exquisito grupo de panelistas que incluye viejos conocidos y nuevos invitados, todos preparados para discutir un filme que es, palabras-más-palabras-menos, polarizante.
Pero también están nuestros cuidadosos y frecuentemente insensibles tratados/reseñas/ensayos/artículos, y estos también preparan su regreso, por todos los flancos y de todos los temas: Nuestro buen amigo Valtam se prepara para cerrar sus Clases Magistrales con el profesor Von Stroheim y ya tiene entre ojos a un nuevo pedagogo, en este caso un italiano. Demuto, por su lado, continuará su recién inaugurada serie sobre cortometrajes (o “Píldoras De Higiene Mental”) y se enfrentará al último y galardonado filme de Errol Morris, “Tabloid”. Y este fiel servidor tiene un par de trilogías y tetralogías por acabar, esto sin mencionar una cosa a que enfrentarse. ¿Quién sabe? Pero Los Fortuitos también volverán al ojo del huracán, JNMGLVDL con una pequeña y reciente joya proveniente de un DJ francés, k0walski con su estupenda línea del spaghetti western y Samuel Morel con cierto viejo ciego y pobre (todo esto sin mencionar que siempre hay nuevos fortuitos en el camino, el truco es saber donde se esconden).
Lo que nos deja, por supuesto, con un pequeño mensaje de despedida (y una imagen, ya saben cómo va esto): Les deseamos en estas frías noches decembrinas una feliz navidad y un próspero año nuevo, y les agradecemos por su apoyo que será correspondido con arduo trabajo y resultados mixtos.
Los meses han pasado de forma lenta, segura y especialmente inefectiva, de tal modo que nuestro amigo Valtam se ha encargado de llevar la mayor parte de la carga de este romántico y furioso blog, pero es hora de a) agradecerle por su trabajo incesante y de alta calidad y b) de darle una buena mano. Pero este no es un párrafo auto-complaciente (aunque probablemente me voy a auto-complacer luego de acabarlo), sino uno en el cual les traigo nuevas. Muy Buenas Nuevas, así que no hay necesidad de decapitarme y mandar mi cabeza de vuelta al lugar de donde vino el mensaje.
Para empezar tenemos el placer de informarles que tenemos nuevos colaboradores en la sección de Los Fortuitos, K0walski y Samuel Morel, que con un par de fenomenales artículos de muy distintas índoles (pero ambos provenientes de castas finas y estupendas) se han unido a nuestra familia de la muerte. Uno de estos hará parte de una nueva y pretenciosa (pero aún así deliciosa y nutritiva) sección del blog, llamada Filmigrana Academia, un espacio nuevo donde artículos ligeramente más elaborados y cargados de referencias bibliográficas (o académicos, HEY, ESE ES EL NOMBRE DE LA SECCION!) serán publicados y expuestos a sus mordaces críticas, fieles lectores.
También continuaremos con nuestro proyecto insigne, las ocasionalmente abandonadas Clases Magistrales, en las cuales Demuto continuará su ardua labor de revisar la obra del gran Errol Morris (avanzando hasta su más reciente trabajo documental, el premiado “Tabloid”), Valtam está a un par de pares de filmes para acabar con el gran conde austriaco Von Stroheim, el recientemente renombrado JNMGLVDL continuará su labor con “The Royal Tenenbaums” próximamente e incursionará en un nuevo artículo sorpresa (en el cual haré las veces de prólogo y epílogo) y mi propio seudónimo virtual continuará con su largo y demorado artículo sobre la obra maestra del cine de ciencia-ficción/terror “The Thing” y seguirá todo el camino llamado John Carpenter hasta la aparentemente desconcertante “The Ward”, que ha pesar de encontrarse ya disponible en Cuevana (Ja!), no he tenido las agallas de enfrentarla.
Y, cómo ya les hemos dicho antes, hemos incursionado también en el campo de la producción, pero ciertos impedimentos técnicos harán que estos proyectos sean aplazados, si tan sólo un poquito más. Pero descuiden, cuando estos estén listos serán expuestos a sus sensibles y esperanzadoramente abiertas mentes para su evaluación y apoyo (o todo lo contrario). Por el momento, esperen más noticias.
Con esto, les dejaré con el primero de varios artículos que tendremos antes de nuestro primer aniversario (¡1 año muy pronto!), con el cual tendremos la sorpresa más grande de todas, una de la cual nos sentiremos particularmente orgullosos (sí, por supuesto, todo sale con éxito). Hay muchas más, no se preocupen. Una de ellas, más pequeña, incluye un par de artículos sobre la etérea Meg Ryan por parte de este fiel servidor. Les reitero la invitación de participar, comentar, destruir y celebrar este espacio y les despido, como siempre, con una imagen.
Estimados lectores de Filmigrana, como ya les habremos informado en una ocasión anterior, el equipo se halla trabajando fuertemente en cortometrajes que con plácido orgullo enseñaremos al público en cuanto estén completamente realizados. La etapa de postproducción es ciertamente compleja, y darle una buena forma al material audiovisual requiere de tiempo y paciencia.
En ese sentido, la casa cuenta ya con dos producciones en su haber, Arabesco y Maldito, así como Límbico, esperando que todo surja de acuerdo a lo planeado. Eso sí, se hará lo posible por manener una cierta cuota de esos artículos de 2000 palabras que tanto nos gustan. Añadiendo a la cola de escritos prometidos, proximamente vendrá una nueva sección en la que hallaremos delicias profanas en películas que no muchas personas cuerdas guardan sus expectativas. ¿De qué se trata? Sólo diré que un joven Kiefer Sutherland, en compañía de una igualmente prístina Julia Roberts, serán los primeros en cruzar las puertas del Infierno… De placer cinematográfico, por supuesto.
En otras noticias, presentamos algunos sitios que vale la pena ojear mientras hay tiempo. Wonder Tonic es administrado (y apropiadamente suministrado en pequeñas dosis) por Mike Lacher, cuya especialidad es la remarcable y sana ironía frente a la Internet en general; aunque es posible invertir tiempo también en sus momentos cinéfilos, como este generador de títulos para ensayos de teoría cinematográfica. ¡La herramienta perfecta para Filmigrana! Sin dejar de lado aquella fiel muestra de audio de “cinéfilos” viendo “cine-arte”, debe oirse para creerse.
No obstante, si quieren seguir leyendo sobre crítica y novedades cinematográficas en lengua hispana, pueden echarle un vistazo a El Ojo Dorado, manejado por el argentino Pablo Planovsky, crítico y periodista especializado en cine que evalúa tanto clásicos como estrenos de cartelera con una verbalía amplia y un acerbo de herramientas, como lo son esos collages nunca antes vistos (aunque Filmigrana podría empezar con un sistema de calificaciones para las películas vistas). Recomendado.
Para cerrar, cabe anotar que actualmente se está celebrando el Festival de Cine de Cannes, cuyo presidente del jurado en el año vigente es Robert De Niro. Preparen sus apuestas en casa, quienes no puedan asistir, y por supuesto, manteniendose al tanto de la lista de películas participantes y proyectadas como fuera de competencia, así como de las minucias relacionadas con el comportamiento de Lars Von Trier, ya sea en el blog de IMDb o en su proveedor de noticias de preferencia.
Por lo pronto tengan un sano fin de semana cargado de cine, escritos furiosos y mucho odio hacia nuestra relente actitud.
¿Recuerdan esa última vez, estimados lectores de Filmigrana, en la que prometimos que volveríamos con muchos artículos, sorpresas y regalos por doquier? Eso fue hace ya un mes, casi, pero como ya comprenderán, la producción de un cortometraje consume las almas de quienes se encuentran trabajando en él, y hemos venido justamente a este espacio para recuperarlas, así como traeremos de vuelta nuestros añorados artículos.
Hay muchas cosas que han quedado pendientes desde nuestra última señal de vida en este espacio, y para no arruinar las sorpresas que nos vanagloriamos de tener para este espacio, mencionaré apenas lo que vendrá en las conocidas Clases Magistrales. Dustnation, siempre dotado de un amor particular hacia la década de los 80’s, nos debe todavía una observación muy propia y pertinente de The Thing (1982), que en mi opinión, es lo mejor que ha hecho John Carpenter hasta la fecha. Demuto, con su característica crítica y agudas observaciones (acompañadas de imágenes en formato .png) tiene preparado un análisis de First Person (2001), una pequeña serie de documentales realizada por Errol Morris. Seguro que en la próxima semana sabremos de su paradero. JNMGLVDL tendrá para nosotros un poco más de Wes Anderson, que en orden cronológico nos ofrecería The Royal Tenenbaums (2001), una de sus obras más populares y la más reconocida, después de la animada Fantastic Mr. Fox (2009). En cuanto a mí, ¿Cuándo llegará ese análisis detallado de la versión reconstruida de 4 horas de Greed (1924), la obra cumbre de Erich von Stroheim? Sin olvidar que, después de eso, hay un par de películas más que hacen falta para acabar con la obra de tan insigne y pionero director.
Ahora ustedes se preguntarán, ¿Cuán cierto es aquello de la realización de un cortometraje en película de 16mm color? Podríamos haberlo inventado todo para justificar, de manera loable, nuestra falta de compromiso como redactores; pero me temo que las obligaciones terrenales fueron bien tangibles, y para ello, una pequeña muestra de lo que nos espera a todos.
Más imágenes concernientes al proyecto, así como un delicioso trailer que tenemos entre manos, vendrán en los días siguientes. En hechos más recientes, seguro que recuerdan nuestro primer intento de crear un evento en el que las personas pudiesen ver nuestros rostros y llenarse de ira, antes de sentarse a ver finísimas obras del género de horror. ¿Les suena? Naturalmente, nuestro primer Horr-o-rama! fue un amable éxito; y como toda buena primera vez, hubo muchas inquietudes, momentos de silencio pero, ante todo, ganas de repetir. Estén atentos para los anuncios del retorno de este programa apto para grandes y chicos.
No pierdan de vista este telar, y támpoco olviden visitar nuestra sección de enlaces a sitios de interés, o bien, escribir sus quejas, insultos, improperios y demás merecidos a filthysnob@gmail.com.
Una vez más, el personal de Filmigrana ofreciendo desvíos y alibis para expiar su culpabilidad frente a la falta de entrega de artículos.
Recordando que los redactores nos hallamos en un comprometido período académico, y a falta de manos voluntarias, hemos descendido el ritmo de escritura recientemente. Sin embargo, es posible que abordemos el bote una vez más, ofreciendo más de nuestras impresiones sobre el maravilloso telar cinematográfico.
En primer lugar, instamos a nuestros lectores a subscribirse, para recibir correos y notificaciones cada vez que haya una nueva publicación, esperando que en las próximas semanas se copen sus bandejas de entradas gracias a nuestro humilde blog.
En segundo lugar, una serie de sitios recomendados para que sacien sus ánsias de conocimiento y diversión, que pueden leer acá o visitar ad libitum a través de nuestra página de enlaces:
Not Coming to a Theater Near You se halla actualmente en un ciclo de reseñas de Billy Wilder muy completo y digno de verse. Para todos los que quieran conocer su fase obscura como director de film noir y comedias desenfadadas, la mesa está servida.
The Pink Smoke, recientemente, elaboró una revisión del 2010 en materia de películas. Si se tiene el tiempo suficiente para ver lo que estos realizadores/bloggeros tienen para ofrecer en materia de opinión y contrastarla con la propia, será mejor echarle un vistazo.
Como siempre, Wonders in the Dark tiene un buen puñado de reseñas en torno a maravillas negras de finales de los 30’s, pero lo que más impresiona es el concurso que FilmNoir.net está auspiciando para regalar un DVD Criterion de Pickup on South Street, de Samuel Fuller. Para mayor detalle, lo mejor será ingresar y leerlo personalmente.
En materia de noticias, siempre es bueno estar constantemente revisando /Film y We Are Movie Geeks, enterados y empapados de la actualidad cinematográfica.
Con esto acaba un largo periodo, y se anhela que empiece uno nuevo, cargado de nuevos artículos, referencias y el ya acostumbrado sentimiento aristocrático que desborda Filmigrana. Ah, y atentos a una próxima sorpresa.
Es cierto. Ha sido un diciembre largo, frío e inactivo, lo cual es aún más razón para hacer esta pequeñísima anotación (y disculpa, en realidad). Así que acá está: lo lamentamos. Pero no hay que preocupar, mucho menos entrar en pánico, ya que el 2011 va a ser un gran año para Filmigrana (y su hermana media Monk’s) y decenas de nuevos y jugosos artículos esperan para ser publicados desde las neveras de nuestras cavernosas y arrogantes cabezas y, ¡hey, quizás incluso la suya! Esperen nuevas secciones (con nombres tan deliciosos como Where’s The Love e Influencias Inofensivas) y nuevos colaboradores (que prometen proyectos tan ambiciosos como una revisión de la estupenda trilogía de Westerns de Corbucci), más los esperados y exasperantemente demorados finales de las revisiones de la obras de los Sres. Von Stroheim, Carpenter y Morris (cerrando con sus nuevas producciones “The Ward” y “Tabloid”).
Así que, sin más, les despedimos con una imagen (como siempre) y un video (como nunca) del trailer de la nueva obra de Carpenter: Juzguen ustedes el preview.