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Little tidbits of information.

FILMIGRANA PRESENTA: Filmigrana Interviú

May I, for the moment, put something in that has nothing to do with your question? I hate to give interviews. I will tell you why. I usually say when a director, maybe a better word is film creator, makes a film and the film doesn’t express what he wants to say, and he needs to give an interview to explain to an audience why, he’s a lousy director and he shouldn’t make any films. His films should speak for him.

Fritz Lang, en entrevista con William Friedkin (febrero de 1975)


Iniciamos con este principio regente una nueva y emocionante sección acá en Filmigrana, producto de múltiples conversaciones que hemos tenido en la pasada década y tanto de nuestra existencia. En el proceso hablaremos con todo tipo de individuos y colectivos involucrados en la creación, la apreciación, la restauración, y la crítica del arte cinematográfico y del audiovisual, con el interés de que nos comuniquen sus conocimientos y criterios, debatan y conversen con nosotros, y presenten las posibilidades infinitas del prisma que compone el cine.

Es por eso que iniciaremos la sección con una trilogía de entrevistas alrededor del ejercicio de la crítica fílmica, centrada alrededor de sujetos de varias partes del mundo y con perspectivas únicas y auténticas del valor de la escritura y la investigación sobre el cine. Nuestra primera sesión saldrá muy pronto a la luz (en las semanas que vienen), y en ella encontrarán la historia de un fenomenal proyecto, su pasado y su futuro, y las pasiones de quienes lo integran (además de las películas que consumirían a forma de última cena).

UNA SEMANA DE HORROR VI: THE FINAL NIGHTMARE

2022. ¡Qué momento para retomar los más antiguos y preciados de los rituales de la escritura cinematográfica acá en Filmigrana! Hace tan solo once años nos sumergimos por vez primera en las lodosas en búsqueda del oro de los tontos, y en el proceso sacamos algo más que humeante pirrotina: minamos contenido de los clásicos indiscutibles del género, excavamos las profundidades más rocosas del B y el bajo presupuesto, dinamitamos las secuelas, los remakes y las re-imaginaciones, y nos quedamos con más de un diamante de sangre secreto en nuestras callosas manos.

Además, ¿qué tanto ha cambiado en el mundo en los pasados 6 años? No es como si nuestras existencias hubiesen sido atravesadas por pandemias, guerras y crisis de consciencia colectiva, o por masacres policiales y civiles enmarcadas en gobiernos populistas de extrema derecha, izquierda y centro, o por profetas de la era digital que pregonan a pleno pulmón en las redes y en las cámaras de celular sobre los peligros de la inmoralidad y las vacunas y las opiniones diferentes. El mundo sigue igual a como era hace una década, y aquella década era igual a la década anterior, y aquella década era igual a la década anterior, y así sucesivamente hasta el comienzo de los tiempos cuando todo era exactamente igual al día presente.

Lo cierto es que es difícil pensar en una mejor época para adentrarnos nuevamente en la tarea de proyectar, descifrar, y apreciar el arte del cine de horror: aún los tiempos más turbulentos no son suficientes para crear una brecha entre los espectadores y un género perenne, universal y verdaderamente atemporal. Sin importar la fecha, en él nos vemos reflejados; sus espejos alargados, turbios y ondulados reproducen vívidamente nuestra imagen alterada, no del todo reconocible pero lo suficiente para saber que seguimos allí, vivos. Y a eso se suma el sinfín de emociones y reacciones que provocan: saltos y sobresaltos, aullidos y alaridos, risas ahogadas y nerviosas, ansiedad hasta el punto de desear detenerse, fascinación hasta el punto de desear continuar, admiración por las creativas salidas narrativas y por los efectos prácticos bien ejecutados, desagrado por las mascotas fallecidas y por las decisiones erradas… He aquí un menjurje que vale la pena seguir consumiendo hasta que el polvo mismo nos consuma los huesos.

Estamos sumamente agradecidos y felices de estar de vuelta con ustedes, queridos lectores.

Sin más, los dejamos con una portada de VHS y la expectativa de lo que viene en una Semana de Horror en Filmigrana.

Amalgama, Edición I

Filmigrana y F11 tienen el honor de presentar la primera edición de la revista Amalgama, un proyecto que duró dos años y medio en gestación y finalmente se hace disponible para ustedes, estimados lectores, a mediados de octubre del 2017. De periodicidad semestral, la revista atacará un tópico desde distintas perspectivas (tal como lo son el cine, la literatura, el cómic y las artes plásticas), abordándolo a través de ensayos, ilustraciones originales, fotografías, entrevistas, comentarios al margen y divertidísimos pasatiempos.

Nuestro primer número tiene como tema LA MUERTE, y cada ejemplar sellado y numerado de forma única y artesanal puede ser suyo por la módica suma de $5.000 COP, dado que habite en la ciudad de Bogotá D.C. Por si fuera poco, también puede obtener una de nuestras serigrafías originales de edición limitada, tamaño 35×50 cm, por $15.000 COP adicionales.

¿Cómo recibir un ejemplar?

Existen múltiples maneras de contactarnos, ya sea a través de nuestras redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram) o directamente via correo electrónico a info@filmigrana.com o a fonce.f11@gmail.com. Si usted reside fuera de la capital de Colombia a) esté pendiente de la llegada de un cargamento fresco de Amalgama si se encuentra en algún lugar de la Europa continental o en Norteamérica o b) si la paciencia no es lo suyo, no dude en contactarnos por los mismos medios para definir la logística del envío.

En caso de que ansíe el trato personalizado o el aroma a tinta fresca preste atención a nuestras redes sociales, donde continuamente compartiremos la información de las distintas ferias y mercados de publicaciones en los cuales vamos a participar, todo con el fin de llevar esta publicación malsana a la mayor cantidad de hogares.

El dinero recibido de sus colaboraciones será reutilizado en la siguiente edición, en la cual ya hemos empezado a trabajar.

Por el momento los dejamos con algunas imágenes de Amalgama #1, la primera publicación impresa de estos fieles, inconstantes y consumados conspiradores, que esperan de todo corazón que la disfruten. ¡Huzzah!

Lucky Seven

El número siete lleva mucho tiempo siendo uno de los favoritos de la humanidad: tres en línea representan la posibilidad de ganar el premio mayor, numerosos equipos de guerreros, psicópatas y magníficos se ensamblan con ese tope en mente y es, al menos para Yahvé de los Ejércitos, la cantidad ideal de plagas, años de vacas y ángeles trompetistas a enviar antes del Fin de los Tiempos, entre otros regalos asociados a su nombre.

Con un número tan auspicioso bajo el brazo, nos preguntamos en Filmigrana cuál es la contextura de las vacas correspondientes. A pesar de haber convergido en un contexto común, con el paso del tiempo todas las personas vinculadas a esta página (y la productora asociada) hemos tomado caminos formativos muy diversos, en distintas ciudades y países alejados entre sí, con la salvedad de que todos hemos permanecido relacionados en mayor medida con el quehacer audiovisual (situación que ya se había anunciado en nuestro anterior aniversario). En retrospectiva podríamos juzgar los años previos como saludables y formativos, aunque no han estado exentos de dificultades y obstáculos a sortear en un país que apenas vive una tardía adolescencia cinematográfica.

Intentando buscar respuestas a través de la incertidumbre, hemos acudido a diferentes estrategias de apreciación fílmica, y este sitio web que ustedes están leyendo es apenas una de ellas, en la que podemos volcar nuestros esfuerzos cuando el tiempo y los recursos lo permiten. Estos mismos recursos no se echan por saco roto cuando no hay un artículo publicado cada mes, sino que se emplean para reflexionar en otros canales sobre el cine y, en últimas, sobre su papel en nuestras vidas.

Así pues, al cierre de este séptimo año de trabajo (in)constante en la red, les ofrecemos un pequeño regalo:

Logo Amalgama_baja

Muchas gracias a todas las personas que hicieron esto posible durante los últimos dos años, disculpas a quienes esperaron dos años para que esto viera la luz, y atención a quienes estén interesados en saber cómo se desenvuelve esto. Estaremos publicando actualizaciones apenas sean pertinentes, y luego continuaremos con nuestro ritmo habitual de patanería esnob.

Que sea este el primero de muchos años más gordos.

Una Semana de Horror en Filmigrana V: A New Beginning

Una vez más nos encontramos con el rito anual de celebrar el mes de las brujas en compañía de ustedes, queridos lectores, con un selecto número de recomendaciones pensadas para quienes desean evitar la polución emocional y sensorial de las fiestas modernas, la confusión entre quien simplemente está trabajando de noche como habitualmente y quien es un civil disfrazado desviando a los clientes, y por supuesto, años y años de invasivo tratamiento dental con taladros, fresas, garfios y demás creaciones metálicas dignas de un procurador de la inquisición. Sí, entendemos perfectamente que reunir y procesar a todos los odontólogos y ortodoncistas de este mundo es tan solo justo, pero no malgastemos energía en ello cuando existe una venia menos trabajosa y mucho más divertida a su macabra profesión (y la de demás sádicos interventores de la ciencia): ¡Una Semana de Horror Temática! ¡En vivo, por vez primera! Así es, este año decidimos hilvanar y canalizar nuestros caótico y dañinos cerebros en un solo horripilante tema: Intervención y Atrocidad Científica.

¿Qué incluye entonces dicha temática? Cualquier tipo de intervención proactiva médica, científica, incluso robótica, supuestamente en orden de la ciencia y la humanidad, pero que por obvias razones del género se saldrá de control y será terriblemente destructiva con quien tenga la mala (o quizás merecida) suerte de estar merodeando en los alrededores. Así es que, deténganse y visítennos a lo largo de toda esta semana, si su corazón les dicta enfrentar brutales cirugías maxilofaciales, cruces inter-especies abominables, criaturas enormes y hambrientas de pelea, titilantes escenas de sexo y violencia que harían sonrojar a una mantis religiosa.

Para finalizar les dejamos una portada de VHS, como es parte crucial de este aquelarre demoniaco.

Seis

… (Capullos en una piscina)[1]

Hemos vuelto de entre las sombras para hablarles sobre el holometabolismo, y de cuánto cuesta atravesarlo.

Lo hacemos cada año, en realidad, con el corazón entre las garras y con una dosis menor de cinismo que la que acompaña nuestra perspectiva de este maizal en el que nos ha tocado llevar a cabo nuestra metamorfosis. Aunque este es un momento favorable para crear una publicación web de crítica cinematográfica o incluso una editorial o, qué sé yo, una productora (!), es tal vez un momento difícil para permanecer humano, sensible y cuerdo.

No vamos a entrar en detalles sobre asuntos políticos, económicos o sociales que intervienen en el desarrollo de esta pequeña iniciativa, ya que a) son demasiadas variables, b) no viene al caso y c) en menos de tres oraciones dejaríamos ver las horribles fracturas morales que componen nuestra diversidad como redactores de esta página, algo que dista mucho de ser una mente enjambre y se muestra más como una pluralidad de perspectivas y motivaciones para insultar al prójimo.

Más bien quisiéramos celebrar esas coloridas diferencias, y crear espacios para que se expresen con mayor ductilidad. Llevamos un muy buen tiempo preparando dichos espacios, pero esa tardanza responde a la calidad con la que queremos entregarlos, algo que no solo nos compete a nosotros (porque respetamos una buena investigación, el trabajo hecho con paciencia y los paseos en moto sin casco) sino a las personas que eventualmente recibirán estos contenidos, entre esos quienes leen estas líneas con una pizca de entusiasmo. Es también porque en el paso de pupas a imagos, debemos hacernos muchas preguntas con respecto a este proyecto y la manera en la que afecta nuestras vidas a largo plazo.

El título de este artículo corresponde a los seis años que han transcurrido desde que nos empezamos a preguntar sobre el cine de una manera distinta, dejando a un lado el consumo pasivo y delicioso para cuestionar lo que vemos de forma más activa y directa, aun cuando ese cuestionamiento no fuese en principio poco más sino una bengala cargada de prejuicios. A lo largo del último año hicimos el experimento de observar la evolución de nuestros escritos, de cómo rebotaban en calidad y optimismo a medida que pasábamos por momentos muy específicos de nuestra vida real, aquella que funciona detrás de estos pobres pseudónimos. Así pues, no es difícil hacer la cuenta de todas las cosas que pueden suceder en seis años.

En esos seis años algunos de nosotros han contraído matrimonio, otros se encuentran comprometidos, varios de los colaboradores han terminado carreras universitarias para empezar maestrías, algunos se han ido del país y otros han regresado con nuevos conocimientos para aportarle a esto. ¿Qué es “esto”, a la larga? ¿Por qué un grupo de personas querría dedicarle tiempo a lo que hasta ahora parece que han sido (a juzgar por esta misma página) unos escritos, algunas imágenes .gif y unas cuantas proyecciones de cine en vivo? Claramente es porque “esto”, Filmigrana es muchísimo más que esas minucias.

No planeo hacer un pitch de ventas porque todos sabemos que soy terrible en esa área, pero sí quiero hilar todo lo mencionado anteriormente: capullos, gente brillando en la oscuridad, ancianos teniendo sexo, producciones y ediciones impresas, espacios diversos… El mensaje es bastante claro: nos ampliamos una vez más, o más bien, seguimos bajo el efecto de las ampliaciones anteriores, desprendiéndonos de nuestra antigua piel para dar paso a otros cambios necesarios. Aunque empezó como una especie de divertimento y nunca lo planeamos de esta manera, notamos que ahora Filmigrana hace parte de nuestras vidas y le debemos nuestro tiempo y esfuerzo a este proyecto, ahora mucho más grande que nosotros. Por lo mismo, es nuestro deber cooperar con los demás miembros del equipo que no están adscritos a este espacio de crítica vitriolíca, a quienes eventualmente conocerán en su propio sitio pero que siguen viviendo con nosotros en el mismo asilo proverbial.

Ahora, ¿Qué saldrá de estos capullos?

[1] Gracias, Ron Howard.

Una Semana de Horror IV: Blood Feud

Aprovechando el homenaje hecho en el título a la saga de Pumpkinhead (puntualmente al subtítulo de su cuarta entrega), damos inicio a esta versión de la Semana de Horror con un atroz relato de la edad feudal europea, donde en efecto es la sangre (y las vísceras) el precio a pagar por cualquier infracción, por menor que sea. A continuación:

“Los penitenciales de la alta Edad Media —tarifas de castigos que se aplicaban a cada clase de pecado— podrían figurar en los infiernos de las bibliotecas. No solo sale a la superficie el viejo fondo de las supersticiones campesinas, sino que se desatan las mayores aberraciones sexuales, se exasperan las violencias: golpes y heridas, glotonería y borrachera. (…) El refinamiento de los suplicios inspirará durante largo tiempo la iconografía medieval. Lo que los romanos paganos no hicieron soportar a los mártires cristianos, lo hicieron soportar a los suyos los francos católicos: Se cortan de ordinario las manos y los pies, la punta de la nariz, se arrancan los ojos, se mutila el rostro mediante hierros candentes, se clavan estacas puntiagudas de madera bajo las uñas de las manos y los pies…”[1]

Una vez más, estimados lectores, es hora de aventurarnos en las turbias y polutas aguas del horror, uno de nuestros géneros preferidos acá en la barca de Filmigrana. ¿Qué horribles criaturas nos visitaran este año? ¿Dentistas sociopáticos y con esposas infieles para completar, quizás? ¿Asesinos de campamentos de verano cuya arma de preferencia son un par de tijeras de jardinería? ¿Babosas corrosivas? ¿Mosquitos gigantes? ¿Cultos satanistas que conforman la junta directiva de una preparatoria norteamericana? ¿Fetichistas descontrolados? Solo el futuro lo sabrá. Esperamos, no obstante, que naveguen este río con nosotros y que, ojalá, se decidan a echarse al agua fangosa que nos rodea, en búsqueda de nuevas experiencias visuales y sensoriales, ojalá traumáticas y divertidas en igual medida. Feliz día de San Crispín.

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[1] Jacques Le Goff en La Civilización del Occidente Medieval, Paidós, 1999, Barcelona, P. 36. Hay muchas más descripciones horribles y sumamente informativas de la época en este libro fácilmente obtenible en las mareas de la red.

Cinco

Cinco

Cinco años[1]. Hemos llegado a ese momento en el que los pequeños vástagos están en edad de irse al colegio, estar solos durante las mañanas y conocer las realidades de una vida gris y abrasiva. Habiéndolo visto crecer, hemos (mal) criado a una entidad sin mucha atención, pero con los mejores recursos que hemos tenido a la mano dentro de lo que nos permite el tiempo y la experiencia.

El pequeño ha pasado por hambre y actitudes negligentes, y aun así sigue con vida. Dejar que una criatura recién nacida se las arregle por sí solo le permite adquirir carácter y reconocer sus falencias a través de procesos reflexivos, algo que hemos aprendido a través de joyas atemporales de la historia del cine como Baby Geniuses y Son of the Mask, entre otras.

Y es así, en medio del encierro y el olvido, que decidimos volver con la actitud correspondiente a un ciclo mucho más regular. ¿Es eso lo que el tiempo libre nos permitirá hacer con una actividad que no es reconocida con dinero o y solo con insultos prolongados[2]? Experiencias pasadas nos han dicho que no es tan fácil, y que requiere una módica suma de empeño y paciencia para que un sitio como este engendre resultados.

¿Qué esperamos de una iniciativa como esta página? No parece ser algo encaminado al amasamiento de una fortuna en un mundo como el actual, y menos desde la humilde nación en la que redactamos el 90% de nuestros contenidos, y sabemos que esa no es la vía. Así mismo, sabemos que como todo hijo indefenso, requiere dinero para ropa diminuta hecha de código fuente y muchas toallas para limpiar todos los desastres que causa. De lo que sí estamos seguros es del orgullo que nos causan los balbuceos que este pequeñín emite cuando habla, y de que un continuo acompañamiento durante su desarrollo podría llevarlo a una vida lejos del crimen y los peligros del free press.

Por lo pronto, hemos crecido lo suficiente por otros costados (invisibles aún) que vamos a necesitar una nueva muda de prendas y uniformes que se acoplen al estilo de vida que llevará en el futuro.

Que sea este el primero de muchos lustros por venir para esta página joven, inmadura y con ganas de seguir existiendo.

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[1] Sabemos que el personaje protagonista de Baby Geniuses no tiene más de año y medio, pero hay pocas cosas que podrían haber impedido que empleara este .gif introductorio. Sabrán perdonar.

[2] Solíamos coleccionar nuestros comentarios más vitriólicos y desarrollar relaciones estrechas con nuestros agresores, pero incluso estos hallaron un límite en el desperdicio de su vida al entrar a esta página y dejaron de visitarnos.

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Una Semana de Horror en Filmigrana III: Season Of The Witch

El 22 de Noviembre de 1989 ocurre un evento particular en Chicago, IL, donde un grupo de individuos anónimos secuestran la señal satelital del canal independiente WGN-TV por 30 segundos durante la emisión de las mejores jugadas de los Bears de Chicago, siendo estas reemplazadas por un hombre con la máscara de Max Headroom, un personaje ficticio de alta popularidad en la década. Un par de horas más tarde, los mismos individuos interrumpen la transmisión de Doctor Who de WTTV y nuevamente aparece el mismo hombre enmascarado, esta vez por minuto y medio, hablando de forma incoherente y haciendo múltiples referencias impenetrables a New Coke, Clutch Cargo y Chuck Swirsky, para acabar siendo azotado con un matamoscas esgrimido por una mujer en traje de mucama francesa. Dan Roan, el presentador deportivo de WGN-TV, dijo poco después de la transmisión: “Well, if you’re wondering what happened, so am I.”

El motivo de esta interrupción permanece inexplicado hasta el día de hoy y sus responsables impunes y desconocidos, pero a forma de metáfora tecnológica y narrativa su poder es hoy día exactamente igual de poderosa y entretenida. No era la primera vez que ocurría, por supuesto: En 1977 varios canales británicos fueron interceptados por una señal de emergencia provocada desde el transmisor oficial de Harrington que anunciaba la llegada de un representante de la Intergalactic Association. Luego, en 1986 un ingeniero electrónico de Florida interceptó la señal local de HBO para reemplazarla por el siguiente mensaje:

Pero de estos ejemplares, la interrupción de Chicago es de lejos la más enigmática en sus motivos y en sus orígenes, dos factores que llevan a cuestionar seriamente la lógica de la señal televisiva: ¿No son estas interrupciones igual de aleatorias que la programación emitida normalmente por un canal? ¿Quién tiene el control sobre la señal? ¿Cómo es posible tener control sobre algo que ni siquiera existe físicamente? Mientras la primera aparición ocurre durante un segmento de noticias, la segunda ocurre en medio de un programa de ficción. ¿Cómo logra el espectador volver a la historia lineal y lógica del Doctor Who después de presenciar algo inexplicable que se manifiesta en su mismísimo escapismo diario? ¿No estamos cómo espectadores supeditados a ciertos modelos narrativos que nos obligan a esperar un inicio, un nudo y un desenlace consecuente, explicable y justificable? ¿Y quien puede resistirse a criticar aquellos ejemplares que se salen de la norma que rige nuestro entretenimiento? ¿Y que sí el espectador se encuentra somnoliento y drogado durante la transmisión del programa? ¿No es la interrupción ahora parte intrínseca de la historia que está presenciando, no está reescribiendo aquel capítulo particular en sus memorias de aquella noche en adelante?

Hace un año la Semana de Horror en Filmigrana se vio interrumpida por una segunda versión de Horr-O-Rama, nuestra selección local de cine de terror que incluyó giallos, secuelas y pianos asesinos (en otras palabras, nuestro propio incidente Max Headroom). Este año, la responsabilidad de observar variopintos y sangrientos filmes provenientes de empolvados videocasetes recae sobre ustedes, los lectores. No obstante, pueden contar nuevamente en nosotros (y de aquí en adelante hasta nuevo aviso) para que les proveamos de espantosas, terroríficas y frecuentemente malolientes recomendaciones de uno de nuestros géneros preferidos: En la última semana del mes actual varios de nuestros redactores unirán fuerzas para publicar un artículo al día sobre una película de horror que consideremos extraordinaria, ya sea por su innovación técnica o narrativa, por su poderío emocional y angustiante, o por su creatividad a la hora de despachar adolescentes en un campamento de verano.

¿Qué habrá en la bolsa de dulces este año? ¿Bebés poseídos? ¿Una comunidad de lampreas carnívoras? ¿Extraterrestres malévolos? ¿Torturas japonesas? En palabras del grandioso Pinhead en Hellraiser III: Hell On Earth: “Oh, such limited imagination!”

El cuarto año – Un paisaje que revienta

Ayer, 18 de Agosto, se cumplieron 4 años de la existencia de Filmigrana, la página, y resulta difícil hacer un sumario de lo transcurrido desde la última publicación semejante a esta. Intentaré ser conciso.

Hace un año, yo regresaba de un largo viaje para encontrarme con que algo había cambiado en el panorama cinematográfico nacional. No había nada concreto para ese entonces, pero se sentía un cierto entusiasmo en el aire, había mucha gente con ganas de hacer cosas, de producir contenidos; todo esto muy fácil de decir con la gracia que me otorga la retrospectiva (que es 20/20, recordémoslo bien), pero entre esos proyectos nacientes, uno llamó mi atención de forma particular, y lo mencionaré brevemente. Para alturas de Agosto-Septiembre del año pasado, nacía una productora muy afín a los intereses de Filmigrana.

Los redactores de este sitio tuvimos la oportunidad de ver las primeras ecografías, asistiendo a algunos de los trabajos realizados por esta nueva y misteriosa asociación de personas, que si bien no cuenta con un enorme equipo de trabajo o una infraestructura que haga sonreír a Simón Brand, tienen candor e ingenio, y sobre todo, deseos de trabajar en equipo, algo que rara vez se ve en la comunidad de realizadores a la que tengo que atenerme casi que a diario: un excelso festival de puñaladas en la espalda.

Así pues, notando que éramos una relación creada en el paraíso, esa misteriosa productora y esta (rara vez) humilde página unimos nuestros esfuerzos para crear una nueva y más poderosa Filmigrana. Nos adoptamos mutuamente.

Filmigrana, el sitio de críticas, se beneficiaría enormemente con la creación constante de audiovisual local, teniendo referentes inmediatos a los que nos podamos remitir, así como también generando experiencia práctica, la cual ayuda en la labor crítica y ofrece nuevas dimensiones para analizar el trabajo de un realizador. La productora, a su vez, podría servirse de nuestra mirada crítica, dirigida tanto hacia su trabajo como a la reflexión de obras externas, producidas dentro y fuera de este país, para apoyar a la diversidad de su trabajo futuro. Es un beneficio mutuo y sus frutos se verán a lo largo del tiempo.

¡Y a buena hora sucedió todo esto! Gracias al inicio de esa relación cooperativa, fue posible re-diseñar la página, obtener un logotipo nuevo y algunas campanas y pitos que verán por ahí, en la medida que quieran extraviarse nuestros estimados lectores. Eso sí, ha sido un proceso arduo, en la medida que es menester extraer tiempo libre (cada día más escaso) para adelantar el renacimiento de este sitio, e inicialmente no se obtiene mucho a cambio, siquiera retroalimentación.

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Mientras escribo esto, hay otro fenómeno teniendo lugar, cada vez con mayor intensidad: se están produciendo muchas más revistas de cine a nivel nacional. No voy a mencionar concretamente cuáles, porque iría en detrimento de nosotros mismos; algunas de ellas tienen abogados, editores contratados, esos falibles y cada vez más necesarios community managers, ¡E incluso salarios! Por lo que producen contenido con una presentación y un ritmo mayor. A pesar de que posiblemente no podamos ‘competir’ en términos semejantes, eso no nos quita la posibilidad de seguir haciendo lo que más nos gusta, y el motivo por el cual este proyecto sigue en pie. En esencia también es una buena noticia, o cuando menos, un indicador de la salud que se vive en la (llamémosla) escena cultural local. Todo esto va acompañado de mayores y mejores posibilidades para la producción de contenido audiovisual, con cada vez más gente aventurándose a escribir y realizar largometrajes por su cuenta, la creciente oferta de cámaras de formato 2.5k y superiores y un ávido deseo por participar y darse a conocer en festivales; caso puntual: Leidi, de Simón Mesa Soto, ganadora a mejor cortometraje en Cannes en su edición del 2014. Nos reservamos por lo pronto la opinión acerca de este trabajo, pero debe decirse que toda esta explosión de contenidos ayudaría a la creación de nuevos discursos y perspectivas.

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Así, el nuevo año que se acerca trae consigo toda una serie de desafíos que deben ser superados de alguna u otra forma. Semejante a una relación sentimental entre dos seres humanos, la existencia de esta productora con la que nos hemos aliado implica que ya no podemos pasar las noches en vela, acostados en la sala en ropa interior y comiendo cereal a las 3:00 am mientras se descarga algún tipo de pornografía de Europa del Este. Ahora hay citas, compromisos y ropa presentable para salir a comer y bailar. Eso siempre ha existido, pero los motivos actualmente son mucho más fuertes, y sólo el tiempo nos dirá si esta página puede cumplir las expectativas de esa unión.

No quisiera adelantar mucho más de lo que se viene, porque por lo general no se termina haciendo (el ‘jinx’, que llaman) y sería mejor que nuestros escasos pero habituales lectores se dieran cuenta por sí mismos. Algunas cosas son autoevidentes, el gato y el cuervo, siempre observantes a desbaratar y maldecir todo lo que se les cruzara al frente, han recibido nuevos miembros en su comunidad, a quienes conocerán en su debido momento. Más allá de eso, preferimos permanecer en el relativo misterio del trabajo.

Así pues, esta nueva y enorme familia que se crea de repente será, posiblemente, la puerta para un futuro brillante y distinto en este sitio. Gracias a todos (contados con los dedos de las manos y los pies), los que nos han acompañado hasta ahora, y que ojalá sigan haciéndolo en los años que vendrán.