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The Doctor is In!

Hellbound: Hellraiser II - Clive Barker, 1988
¡Y una vez más, hay tanto placer como sufrimiento!

¿Recuerdan esa última vez, estimados lectores de Filmigrana, en la que prometimos que volveríamos con muchos artículos, sorpresas y regalos por doquier? Eso fue hace ya un mes, casi, pero como ya comprenderán, la producción de un cortometraje consume las almas de quienes se encuentran trabajando en él, y hemos venido justamente a este espacio para recuperarlas, así como traeremos de vuelta nuestros añorados artículos.

Hay muchas cosas que han quedado pendientes desde nuestra última señal de vida en este espacio, y para no arruinar las sorpresas que nos vanagloriamos de tener para este espacio, mencionaré apenas lo que vendrá en las conocidas Clases Magistrales. Dustnation, siempre dotado de un amor particular hacia la década de los 80’s, nos debe todavía una observación muy propia y pertinente de The Thing (1982), que en mi opinión, es lo mejor que ha hecho John Carpenter hasta la fecha. Demuto, con su característica crítica y agudas observaciones (acompañadas de imágenes en formato .png) tiene preparado un análisis de First Person (2001), una pequeña serie de documentales realizada por Errol Morris. Seguro que en la próxima semana sabremos de su paradero. JNMGLVDL tendrá para nosotros un poco más de Wes Anderson, que en orden cronológico nos ofrecería The Royal Tenenbaums (2001), una de sus obras más populares y la más reconocida, después de la animada Fantastic Mr. Fox (2009). En cuanto a mí, ¿Cuándo llegará ese análisis detallado de la versión reconstruida de 4 horas de Greed (1924), la obra cumbre de Erich von Stroheim? Sin olvidar que, después de eso, hay un par de películas más que hacen falta para acabar con la obra de tan insigne y pionero director.

Ahora ustedes se preguntarán, ¿Cuán cierto es aquello de la realización de un cortometraje en película de 16mm color? Podríamos haberlo inventado todo para justificar, de manera loable, nuestra falta de compromiso como redactores; pero me temo que las obligaciones terrenales fueron bien tangibles, y para ello, una pequeña muestra de lo que nos espera a todos.

Arabesco y Maldito - Daniel Castro (2011)

Más imágenes concernientes al proyecto, así como un delicioso trailer que tenemos entre manos, vendrán en los días siguientes. En hechos más recientes, seguro que recuerdan nuestro primer intento de crear un evento en el que las personas pudiesen ver nuestros rostros y llenarse de ira, antes de sentarse a ver finísimas obras del género de horror. ¿Les suena? Naturalmente, nuestro primer Horr-o-rama! fue un amable éxito; y como toda buena primera vez, hubo muchas inquietudes, momentos de silencio pero, ante todo, ganas de repetir. Estén atentos para los anuncios del retorno de este programa apto para grandes y chicos.

No pierdan de vista este telar, y támpoco olviden visitar nuestra sección de enlaces a sitios de interés, o bien, escribir sus quejas, insultos, improperios y demás merecidos a filthysnob@gmail.com.

Preparense para ¡Horr-o-rama!

Estimados lectores de Filmigrana, como ya habrán reconocido a través de nuestras recientes políticas, la carencia de artículos es combatida con eventos de toda índole, y en esta ocasión especial queremos invitarlos a una serie de veladas inolvidables, en el particular y fantástico reino del cine de horror.

Ciclo de Cine de Horror

¿A qué habrán de atenerse durante los próximos jueves, viernes y sábados por las noches? He aquí el programa:

La Nueva Carne, David Cronenberg

Jueves 24 de marzo – The Brood (1979)

Viernes 25 de marzo – Videodrome (1983)

Sábado 26 de marzo – The Fly (1986)

Pesadillas y Placeres, Clive Barker

Jueves 31 de marzo – Lord of Illusions (1995)

Viernes 1º de abril – Hellraiser (1987)

Sábado 2 de abril – Hellbound: Hellraiser 2 (1988)

Ven por tu Ración, Sam Raimi

Jueves 7 de abril – Evil Dead (1981)

Viernes 8 de abril – Evil Dead II: Dead by Dawn (1987)

Sábado 9 de abril – Drag Me to Hell (2009)

La Muerte Disfrazada, John Carpenter

Jueves 14 de abril – Prince of Darkness (1987)

Viernes 15 de abril – The Thing (1982)

Sábado 16 de abril – Halloween (1978)

Todas las funciones son a las 7:30 p.m* y el costo es de $5.000 e incluye una refrescante cerveza.

Una vez más, la invitación está dirigida a los residentes de Bogotá D.C, Colombia. La dirección del sitio es la siguiente

Galería Angher (Carrera 22 #161-12, segundo piso)

Se encuentra una calle arriba de la estación de Transmilenio Cardio Infantil (paran expresos B13 y los servicios regulares) al costado norte, y la puerta blanca de entrada se halla junto a un asadero de nombre “Punto Sabroso Hevi”. Ya sabiendo esto, ¡Los esperamos sin falta, amantes de todo cine!

*Horario sujeto a cambiar CON previo aviso.

Filmigrana produce

… ¿Artículos? No tantos como quisieramos, pero hay algo más.

Aunque pueda parecer que los estamos engañando, estimados lectores, en esta ocasión nos preciamos de anunciar que además de criticar y alinear muros de texto en un blog, Filmigrana también tiene oficio en el campo cinematográfico.

Actualmente se halla en preproducción un cortometraje de género, en formato de película 16mm a color, y nos honraría que nuestros lectores se involucren, ya sea difundiendo la información o participando en el mismo. Pueden hacer parte del progreso del cine en este país, y ya verán cómo.

Pues bien, ¿Qué estamos solicitando por ahora? Actores, y a través de un casting que se realizará el día 19 de marzo en la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá (Carrera 30 #45-03) especificamente en el edificio 701 de Cine y Televisión, de 9:00 a.m a 5:00 p.m.

Los actores (o entusiastas) que esperamos pueden presentarse para uno de los siguientes tres papeles:

Hombre

Edad entre 25 y 30. Hombre alto y delgado,
ligeramente desaliñado y con tendencia a
la sombra de barba en poco tiempo,
¿Pudor? Inexistente. ¿Humor? Ayuda.
¿Expresividad facial? Fundamental. Tan
fundamental como una dicción impecable
y un tono de voz grave y diciente.

Mujer

Edad entre 25 y 30. Voluptuosa, falsa
pelirroja (o dispuesta a serlo), energética,
promiscua y agresiva, con disposición a
seducir, golpear y corromper. Habilidad
para tomar diálogos y hacerlos propios.

O bien, la otra Mujer

Ninfa pálida y delgada de senos pequeños.
Expresiva y enfática, de habla clara y
contundente, edad entre 24 y 30.

Si esto resulta de su interés puede hacer contacto via filthysnob@gmail.com y obtener información adicional, o bien, si sabe de alguien más a quien le pueda interesar, copie y pegue la URL de este artículo (http://filmigrana.wordpress.com/2011/03/11/filmigrana-produce/) en la red social o mensajería instantánea de su preferencia.

Edad entre 25 y 30. Hombre alto y delgado,
ligeramente desaliñado y con tendencia a
la sombra de barba en poco tiempo,
¿Pudor? Inexistente. ¿Humor? Ayuda.
¿Expresividad facial? Fundamental. Tan
fundamental como una dicción impecable
y un tono de voz grave y diciente.

Un pequeño recordatorio

Una vez más, el personal de Filmigrana ofreciendo desvíos y alibis para expiar su culpabilidad frente a la falta de entrega de artículos.
Recordando que los redactores nos hallamos en un comprometido período académico, y a falta de manos voluntarias, hemos descendido el ritmo de escritura recientemente. Sin embargo, es posible que abordemos el bote una vez más, ofreciendo más de nuestras impresiones sobre el maravilloso telar cinematográfico.

En primer lugar, instamos a nuestros lectores a subscribirse, para recibir correos y notificaciones cada vez que haya una nueva publicación, esperando que en las próximas semanas se copen sus bandejas de entradas gracias a nuestro humilde blog.

En segundo lugar, una serie de sitios recomendados para que sacien sus ánsias de conocimiento y diversión, que pueden leer acá o visitar ad libitum a través de nuestra página de enlaces:

Not Coming to a Theater Near You se halla actualmente en un ciclo de reseñas de Billy Wilder muy completo y digno de verse. Para todos los que quieran conocer su fase obscura como director de film noir y comedias desenfadadas, la mesa está servida.

The Pink Smoke, recientemente, elaboró una revisión del 2010 en materia de películas. Si se tiene el tiempo suficiente para ver lo que estos realizadores/bloggeros tienen para ofrecer en materia de opinión y contrastarla con la propia, será mejor echarle un vistazo.

Como siempre, Wonders in the Dark tiene un buen puñado de reseñas en torno a maravillas negras de finales de los 30’s, pero lo que más impresiona es el concurso que FilmNoir.net está auspiciando para regalar un DVD Criterion de Pickup on South Street, de Samuel Fuller. Para mayor detalle, lo mejor será ingresar y leerlo personalmente.
En materia de noticias, siempre es bueno estar constantemente revisando /Film y We Are Movie Geeks, enterados y empapados de la actualidad cinematográfica.

Con esto acaba un largo periodo, y se anhela que empiece uno nuevo, cargado de nuevos artículos, referencias y el ya acostumbrado sentimiento aristocrático que desborda Filmigrana. Ah, y atentos a una próxima sorpresa.

El ambiente nos tiene algo displicentes, pero seguimos enamorados de nuestra labor

Erich von Stroheim: The Wedding March (1928)

En principio resulta difícil considerar la posibilidad de superar su obra cumbre, Greed (1924) con trabajo posterior, e incluso, encontrar plaza con algún productor que pueda todavía confiar en este excéntrico y osado individuo, en lo que parece ser una nueva enorme épica de romance y dolor. Con ese bagaje de dudas y prejuicios el principio de esta película avanza lenta y dolorosamente, abriéndose paso en la credibilidad y asombro de los espectadores que hayan observado sus obras anteriores. Pero, tal como “El Hombre de Hierro” que figura en The Wedding March como un antagonista abstracto, esta película logra su cometido de manera implacable y ominosa, dejándonos con un extraño sabor de boca al final.

Von Stroheim, con su propio dinero y bajo el amparo de la Paramount y Jesse Lasky, junta y dirige de nuevo a gran parte de su equipo tradicional de producción, entre esos su confiable cuñado Louis, así como el reparto que ya conocemos de películas anteriores. Zasu Pitts, Dale Fuller, Cesare Gravina y Hughie Mack viniendo directamente de Greed; Maude George, por otro lado, con una trayectoria más amplia, habiendo participado en Foolish Wives, The Devil’s Passkey y Merry-Go-Round; y, “recién salido” de The Merry Widow está el prolífico George Nichols, ya un curtido actor de cortometrajes desde 1908. Naturalmente, no sería una película original de von Stroheim si él mismo no fuera el protagonista, acompañado por la hermosísima Fay Wray, conocida por ser una intrépida cow-girl y arquetípica dama en apuros, en manos de un primate gigante. Tal como dice aquella frase detestada por uno de mis colegas, “¿Qué puede salir mal?“.

… Yo diría que nada puede salir mal. Tan sólo mirenla, ¿No es maravillosa?

El relato, escrito por nuestro austríaco de cabecera, nos traslada una vez más a una Europa opulenta, decadente y romántica en similares proporciones. Estamos en Viena (iluminada por miles de vatios de luz, si la copia de la película no nos engaña), en el año 1914, y la guerra no parece que fuera a estallar jamás, mientras los miembros de la nobleza continúan regodeándose en su aparentemente infinito libertinaje. En algún momento de la mañana del Corpus Christi, no tardamos mucho en conocer a los principes von Wildeliebe-Rauffenburg, Maria (Maude George) y Ottokar (George Fawcett), una pareja condenada al oprobio mutuo y a la constante deprecación personal, debido a que, aparentemente, no se aman con sinceridad. Aún con eso, el vástago de esta relación es el miembro más pintoresco de esta familia, y podría decirse que de toda Viena, incluso si dejamos a un lado su nombre: (léase de corrido) Nicholas Ehrhart Hans Karl Maria, Príncipe von Wildeliebe-Rauffenburg, Chambelán de Su Majestad y Primer Teniente de la Imperial and Royal Life Guard – A caballo.

Nicky, en una cáscara de nuez.

Efectivamente, lo conoceremos de aquí en adelante como Nicky, y lo que acabamos de ver todos es, sin duda, su statu quo: un estado de permanente corrupción espiritual, alcahueteado por la servidumbre y sus títulos de príncipe y oficial militar. El juego y la prostitución han mermado lentamente sus recursos, por lo que visita a sus padres de manera forzosa para solicitarles más dinero. Ottokar, en un tono distante, le da a Nicky dos singulares posibilidades para salir de su actual falta de dinero: “Blow your brains out… Or marry money!“. En lo que parecen ser dos metáforas, en realidad le sugiere que se suicide o se case por interés. Desde aquí se empieza a desarrollar un curioso comentario por parte del director, que establece el ocaso de la realeza autocrática y atribuida de poderes, en la medida que tiene que depender de la burguesía industrializada para subsistir financieramente. Sin embargo, semejantes pensamientos de panfleto se disipan pronto de nuestras cabezas al observar la relación entre el joven príncipe y su madre, cargada de lascividad y edípica confianza. En lo que podríamos interpretar como un desafío (o actualmente lo es, como nos lo informan los numerosos intertítulos) Nicky solicita a Maria que encuentre a una mujer lo más pronto posible para casarlo con él, que con gusto hará toda una Marcha Nupcial.

La festividad del Corpus Christi es el marco idóneo para que miembros de diferentes clases sociales se conozcan y, tras los primeros 10 ó 15 minutos de exposición, empiece a andar la película a toda marcha. Es ahí donde, frente a la catedral, aparecen los Schramell, una familia que puede o no estar compuesta por músicos, entre los que figuran la bella Mitzerl (Fay Wray), el silencioso Martin (Cesare Gravina) y su mujer Katerina (Dale Fuller), una dama truhán e instigadora de problemas. Curiosamente, aunque son pareja, sus personajes son bastante distanciados si se les compara con los alíados María y Zerkow de Greed. Katerina parece tener, no obstante, una muy buena relación con el señor Eberle, también presente, y su hijo, Schani Eberle el carnicero, un personaje que de primer impacto nos resulta aborrecible, carente de encanto e insensible, lo que facilitará un poco las cosas para nuestro anti-héroe. Un momento, ¿De qué cosas es que estoy hablando? Ah, por supuesto, en esa misma festividad se comenta la posibilidad de casar a Mitzi y a Schani, en lo que también parece ser un acuerdo familiar, porque la joven no se ve muy interesada en el compromiso.

Está claro, quien está a color se roba toda la atención.

Mitzi, al ver al apuesto y brillantemente vestido Primer Teniente, queda embelesada sin mayor explicación. Nicky, teniendo ya un ojo entrenado en percibir diversos tipos de mujeres, nota inmediatamente la atención recibida por parte de ella y le devuelve el gesto, todo gracias a los hilarantes tics y gesticulaciones con las que cuenta el joven príncipe. La secuencia remueve necesariamente los intertítulos, y se transforma en un lienzo para mostrar la sutileza con la que von Stroheim puede abordar un encuentro, algo de lo cual tenemos que estar agradecidos. Además de esto:

No los vemos, pero abajo hay ladrillos amarillos

Sí, la secuencia de la procesión del Corpus Christi fue rodada en Technicolor a dos cintas, verde y roja, que pueden sumar entre ellas el tono amarillo. Preocupado como siempre lo ha sido por el apartado visual, von Stroheim quería ofrecer algo totalmente nuevo e impactante para la audiencia, incluyendo en la colorida pasarela al archiduque Leopoldo de Austria en persona y, no nos digamos mentiras, cumple su objetivo. Aunque no empleó la costosa técnica para otros segmentos de la película, vemos que nunca rebaja el interés por el vestuario, cuidado y esmero en cada detalle. Infortunadamente, sólo hay una persona que se ha perdido de este espectáculo, y es la mismísima Mitzi, debido a un accidente que involucra al caballo de Nicky. En medio del tumulto ella es llevada al hospital, y Schani es sumariamente arrestado, por gritón.

A partir de este punto empieza el desarrollo de la relación entre el millonario-en-picada y la humilde intérprete de arpa, ahora cojeando tras el accidente, encontrándose a menudo en el jardín del hostal donde residen sus padres y es propiedad del señor Eberle. El citado jardín es una reconstrucción en estudio exquisita, cargada de manzanos de pálidas hojas que se desprenden con el viento, como si fuesen flores de cerezo en una clásica postal japonesa. Esto, una vez más, es obra de Richard Day y el mismo von Stroheim, que ya habían trabajado juntos en Greed en el apartado de dirección de arte. Y ya que estamos hablando de hermosos sets y vestuarios evocadores…

Una mágica y elaborada orgía.

Es el momento de recordar que, a pesar de la influencia de Mitzi, Nicky sigue asistiendo al mismo sitio en el que seguramente estuvo antes del inicio del argumento. Un burdel sin nombre y de alto perfil, donde notables oficiales y ricos empresarios van a libarse en torno a prostitutas que, sin duda, son importadas de Ceilán, y un hombre y mujer con pieles de ébano son los que sirven licores y portan ropa interior de acéro. Emocionante, cuando menos. Nicky disfruta del festejo, pero sabe que tiene un encuentro vespertino con “una verdadera flor de manzano”, y decide besar a las rameras antes de partir. Instantes después, Ottokar (ebrio) entabla conversación con Fortunat (George Nichols, también ebrio), un burgués que le propone sellar matrimonio entre Nicky y su hija, la renga Cecelia (Zasu Pitts, pálida y conmovedora) que es heredera de una gran fortuna. Como esto puede sacar a los Wildeliebe Rauffenburg de apuros económicos al instante, Ottokar acepta y la boda se planea llevar a cabo el primero de junio de ese año.

You ain’t heard nothin’, Alec.

Abro un pequeño paréntesis, ¿Ya hablé de los negros del burdel, un hombre y una mujer respectivamente? Pues bien, son Carolynne Snowden y su hermano Alec Snowden; ella, una muy célebre bailarina del Cotton Club y actriz realmente de color en The Jazz Singer y otras películas contemporáneas. En cuanto a él, si su perfil de IMDb no miente, un productor de cortometrajes y películas de crimen y ciencia ficción en los años 50. Nada mal. Cierro el paréntesis.

La situación se torna más problemática en cuanto Schani sale de prisión, y en lugar de obtener ‘street cred‘ en la carnicería, lo consideran un blando por estar en prisión. Enfurecido por esto, se suma la falta de correspondencia que le expresa Mitzi, y llevado rapidamente por la furia promete matar a Nicky. ¿Cuándo? En el matrimonio ya fechado y conocido por toda Viena. Mitzi, por supuesto, se siente engañada, pero después de haber sido expuesta a la irresistible galantería del oficial austríaco decide no abandonar esperanzas aún. El clima imperante parece salido de un “martes ni te cases ni te mates”, pero ese lunes llega finalmente y la boda a regañadientes se lleva a cabo. Gratamente compuesta en materia de música y puesta en escena, lo que vemos a continuación, nuevamente sin muchos intertítulos, son lágrimas, frustración, recuerdos destrozados y una victoria amarga. Schani escupe nuevamente hacia el suelo, riendo sin control y viendo como su situación era casi de ganar o ganar. Un carruaje se dirige a lo lejos, y Nicky decide aceptar su destino.

¡Ja já! Tomen esto, mortales.

Hasta donde todo el mundo tenía entendido, von Stroheim solía escribir guiones en los que el antagonista recibía su merecido, el hombre justo obtenía una victoria, silenciosa o no, y había un atisbo de esperanza y resguardo moral al final. Pero el final de The Wedding March es bastante desconcertante… Si se ignora que es la primera película de una trilogía planeada (y abruptamente cancelada). La acción sigue en The Honeymoon (1928), pero de esta película hablaré con lágrimas secas y mi puño apretado algo de detalle en otro artículo. En cuanto a la tercera película de la trilogía, nunca vio la luz verde en producción, lo cual es una verdadera lástima.

Un punto adicional para las Fuerzas de la Destrucción.

Esta viene siendo la última película completa de Erich von Stroheim en su meteórica carrera como director, y me encuentro a gusto con los resultados. Hacia el final es una pendiente incierta, y refleja en cierto sentido la relación del autor con el mundo del entretenimiento, en particular con Hollywood. Había un amor sincero y cristalino en el trabajo de realización de sus películas, a pesar de sus excesos, pero al final tuvo que casarse con la actuación para sobrevivir, y esa misma actuación le recordaría eventualmente aquello que sentía por su amor verdadero, el que conoció estando en su mayor crisis. Sus películas de romances frustrados, aunque han ganado algo de frivolidad con el tiempo, representan la búsqueda del mito dentro de von Stroheim, el eterno oficial austríaco que pierde todo por encarrilarse en la vía antigua, y si había algo muy profundo en ellas, era la dedicación que este hombre le puso a toda su obra, hasta el más mínimo e imperceptible detalle.

Cómo olvidarlo: la posibilidad de ver esta joya, aunque carezca de sonido por completo.

Things are never gonna be the same

Estimados lectores de Filmigrana

El sitio crece a medida que nosotros, con más ahínco, nos dedicamos a ampliar la base de colaboradores y contenido; del mismo modo, ustedes son parte fundamental del hilado argénteo al que pretendemos dar forma, por lo que muchos de los cambios que se anuncian a continuación tienen como meta la satisfacción de todos nosotros.

Para empezar, muchos habrán notado que al situar el puntero sobre el botón que dice Acerca de Filmigrana se despliega a continuación una serie de destinos igualmente provocativos y cargados de información. Las secciones de enlaces y redactores ya son conocidas por la mayoría de ustedes, pero ¿Ya habían visto un enlace llevando a las Clases Magistrales? Si se han perdido de alguna entrega, o quieren hacer un seguimiento completo de los directores que ahí figuran, no es más sino que revisen y decidan cuál será el punto de partida de su aventura cinéfila.

Cabe decir que la otra sección existente, ¡A quemarropa!, también tiene su propio enlace, por lo pronto sin mucho contenido, pero que podrá crecer con el paso del tiempo y las sugerencias de nuestros lectores (más sobre esto en instantes).

Con respecto a las clases magistrales, resulta bueno recordarles que ya estamos barajando los posibles candidatos que ocupen los puestos actualmente detentados por Erich von Stroheim, Errol Morris, John Carpenter y Wes Anderson. En cualquier caso, prometemos a nuestros lectores más esnobismo, patanería y abuso de las referencias, que hasta ahora se ha traducido en diversión y magia pura a la hora de redactar nuestras notas. Esperamos que ustedes disfruten todo esto también.

¿Existe algo para mencionar, sugerir, reprochar o emplear como evidencia en una corte penal? Ahora lo pueden hacer en nuestra nueva dirección, filthysnob@gmail.com, apropiadamente nombrada para atender todo lo que deseen comunicarnos.

Drunken Angel - Akira Kurosawa (1948)

Vayan poniéndose sus mejores galas, ya sean mafiosos o médicos alcohólicos.

Michael Radford: 1984

“Cuidado, el suelo está hecho un charco”

El día de hoy quiero apuntarle a una película relativamente antigua, que posiblemente se tomó a sí misma con mucha seriedad, y de la cual yo vine a enterarme un poco después de salida V for Vendetta (2006). Seguramente la mayoría de ustedes ya habrá leído o tendrá noticia de una célebre novela distópica que lleva por nombre 1984. Confíamos en que sí, sanos lectores, tengan noticia previa de la famosa obra del ensayista y periodista británico George Orwell, en la que se nos muestra una sociedad corroída por el totalitarismo político e intelectual, durante la época epónima de la obra, y cuya travesía por tópicos como la libertad de prensa, el amor, la memoria y la verdad nos lleva a un final desgarrador.

Con este pequeño prólogo puedo empezar a hablar acerca de la película que nos atañe. Previa a su concepción, ya en 1956 la BBC había desarrollado una adaptación de la novela, dirigida por Michael Anderson (autor del clásico de culto Logan’s Run en 1976) y con un reparto exitoso de la época, contando al vaquero Edmond O’Brien, Jan Sterling y a Donald Pleasence (¿Dónde lo hemos visto ya?). Es difícil saber qué podría salir mal, pero lo cierto es que los resultados no agradaron mucho a la casta Orwell, dada la concepción futurista del material, rayando en la ciencia ficción. La película es un clásico oculto, pero habían muchas cosas en ella (como cambiar el nombre del antagonista, de O’Brien a O’Connor) que sencillamente no dieron el golpe.

Les hacía falta una treintena de años y un par de revoluciones de género.

Tras varios años de espera y flagrantes litigios legales, un osado documentalista británico con muy poco trabajo tras sus espaldas decidió abordar el proyecto adquirido hacía unos años, tras la muerte de la mujer de Orwell. Siguiendo al pie de la letra las indicaciones dejadas por ésta tras ceder los derechos, Michael Radford se abstuvo de efectos especiales, alusiones futuristas o incluso manejar situaciones referentes a los 80’s, los verdaderos y ciertamente desinhibidos 80’s que se vivían por fuera del set. Los papeles protagónicos de Winston Smith (John Hurt), Julia (Suzanna Hamilton) y el descarnado O’Brien (Richard Burton) parecen aptos, a simple vista. Dentro del recinto de la producción, incluso las fechas anotadas en el diario de Winston eran guías precisas para el cronograma de producción. ¿He dicho ya en que año se filmó y se intentó distribuir la película? 1984, sí señores.

No soy enemigo de la fidelidad en las adaptaciones, e incluso se me puede alegar la notoria encrucijada en la que me encuentro actualmente… No, no tiene nada que ver con Suzanna Hamilton y sus diversas apariciones sans overall, sino a uno de los directores cuya obra aprecio enormemente, si no lo adivinan aún, Erich von Stroheim. Pues bien, hay diversos puntos que le han sido criticados a la producción, en primer lugar, por haberse tomado la molestia de filmar en fechas tan puntuales, debido a que como todos lo sabían (y alguien con dos dedos de frente lo habría asumido desde antes) los eventos y situaciones descritas en la novela no se cumplirían. 1984 fue escrito como una suerte de ‘cuento cautelar’ para prevenir a las sociedades futuras de los peligros que habían alcanzado a germinar en el período de entreguerras, y que en sociedades como la Rusia estalinista seguirían dándose; no se trataba, bajo ninguna circunstancia, de una premonición.

“La cama, la ventana… Da igual, las leyes de la perspectiva también fueron abolidas.”

Otro de los puntos que se citan para criticar la postura de la película frente al libro es su manifestación visual. Algo que cautiva enormemente, sin importar lo que se piense frente a la labor de adaptación, es la cohesiva dirección de arte que prima a lo largo de la película, y tal vez un poco excedida la atmósfera en cuanto a la escasa iluminación (como pueden ver a través de las capturas de pantalla) pero curiosamente, lo relacionado con las torturas y el sexo también van de la mano con esta visión sórdida y ensopada de la vida en la Oceanía orwelliana. El contacto carnal entre Winston y Julia es tan pobre dramática como visualmente, con ángulos de cámara desatinados, una música horriblemente inapropiada (de la que hablaré pronto) y un desempeño lánguido, como dos personas que hace mucho tiempo (o tal vez nunca) han tenido sexo, aunque Winston nos demuestra lo contrario, e incluso Julia, trabajando para la sección del gobierno que realiza y distribuye material pornográfico, con el fin de mantener el torpor en el proletariado, es pésima en el acto. Qué terrible es 1984 en materia a comercio sexual. ¿Es acaso intencional esta aproximación visual al relato, en la que nos ponen del lado del régimen y sentimos desagrado cuando dos seres humanos intentan amarse? De la mano con la mencionada “estética”, las numerosas torturas a las que son sujetos los desertores del régimen del Gran Hermano son de carácter ‘retro’, con un tufillo a la mítica Inquisición española que impacta a la media de los espectadores.

Los temas musicales compuestos por el británico Dominic Muldowney fueron pensados originalmente para acompañar el inquietante sosiego que genera la Plaza de la Victoria y las calles en ruinas de Oceanía, lo que es un detalle de agradeceder; lamentablemente, Virgin Films, con el archimagnate y excéntrico Richard Branson a la cabeza, decidieron darle un toque auténticamente 1984 a una película ‘deseosa de atraer a las masas’, añadiéndole pistas de Eurythmics, luego de que David Bowie (fan de la novela) exigiera cantidades obscenas de dinero. Hay que imaginar si los sobregiros/ralentizaciones de la cámara fueron también hechos en postproducción, para empatar con el larguísimo videoclip en el que la obra eventualmente se convertiría.

“♫ I wanna use you and abuse you, I wanna know what’s inside you ♪”

La carrera de un compositor posteriormente atada a los telefilmes, una lectura muy personal de una novela convertida en una película olvidab… ¿Qué? Un momento. Debo decir que la película fue nominada para los premios BAFTA por su magistral diseño de producción y dirección de arte, pero fue retirada de concurso por el mismo Radford, perturbado por el hecho de saber que 1984 se había convertido en una película producida en 1984. Aún así, ganó premios a mejor director y actor en diversos festivales como Fantasporto, Valladolid, Estambul y otro par.

El cuerpo de la obra pronto cae al suelo, otro competidor corre con ahínco y un año después se lleva el título de la quintaesencial y más memorable adaptación de la advertencia orwelliana. Pista: es una canción del brasileño Ary Barroso.

Una serie de decisiones erróneas en las últimas etapas de producción llevaron a que, eventualmente, esta sea una película condenada al olvido, de no ser rescatada por fans de la novela como tal, hombres obsesionados con directores que adaptan obras al pie de la letra y los lectores de dichos hombres. Mi intención original era dispararle a esta obra e invocar un innecesario escarnio público ante una producción risible; pero unos momentos frente al teclado y a la película como tal me han hecho cambiar de parecer, e incluso tomarle un poco de respeto al resultado final. Sólo un poco.

Comeback Children

Michael Radford - 1984 (1984)
"¿Es cierto que los redactores de Filmigrana siguen con vida?"

Ya llevamos casi un buen mes tras no publicar artículos de aguda prosa y remarcables referencias a una miríada de películas. No obstante, más allá de parecer el abandono de una niña de 5 años en su primera noche de Halloween en el barrio, este tiempo ha propiciado el re-planteamiento y mejoría de muchas de las cosas que nos gustan de Filmigrana a las pocas personas que disfrutamos de este espacio.

Por lo tanto, tras numerosos viajes en el tiempo, entierros de mascotas y flirteos con nuestras empleadas inmigrantes, hemos retornado a nuestras andanzas, con el fin de ofrecerles una vez más el tejido argénteo de las imágenes en movimiento.

Los lectores más agudos reconocerán que en esta entrada se comentó algo al respecto de un cortometraje realizado por sus entrañables escritores, y se preguntarán ahora mismo, ¿Qué sucedió con aquel? Más paciencia, les sigue pidiendo Robert Mitchum, ya que los resultados del material han sido satisfactorios y muy pronto podrán visionarlo en su pantalla más cercana (al menos, algunas de las provocativas capturas de pantalla que tomaremos de él).

Pierdan cuidado, y vuelvan a enredarse en estos bellos hilos. Por cierto, no olviden visitar la página de enlaces, siempre ofreciendo sitios de su interés que ojalá se encuentren ya entre sus bookmarks.

Los Fortuitos

Respetados lectores de Filmigrana, aunque desearía que el título aludiese al anuncio de nuestra banda de Punk Rock de mediados de los 90’s, me temo que el motivo de este mensaje es mucho más misterioso (y apremiante).

Nos enorgullece presentar a ustedes una nueva sección, en la que ofreceremos aún más variedad de artículos y comentarios, esta vez de la mano de foráneos e intrépidos redactores freelance, porque sí, esos anuncios de “Tú también puedes escribir acá” no eran una vil y oblonga mentira.

Point Break (Kathryn Bigelow, 1991)
Imaginen esto, pero con teclados en lugar de tablas.

En resumidas cuentas, para el enorme disfrute de ustedes y nosotros, habrá un mayor flujo de artículos de ahora en adelante. Muchos ya anhelarán el final de aquellas pródigas Clases Magistrales, pero les soplamos entusiasmo y sorpresivas noticias, ya que hay varios cambios en camino que enhebrarán muchos más hilos en nuestro querido telar.

Estén atentos, y no olviden difamar de nosotros y darnos a conocer a sus allegados, para ser el motivo de risas y/o burlas en sus cócteles y recepciones, como siempre.

Disclaimer

Ciertamente muchos de nuestros amables lectores han estado retornando constantemente a Filmigrana, para ver qué nuevos tejidos se habrían hilado en este sitio con el paso del tiempo.

Pues bien, hay noticias de todo tipo para suplir esa información:

Lo nefasto: hasta el sábado 9 de octubre volveremos a nutrir el sitio de contenido. Tanto Dustnation como Demuto y yo nos encontramos envueltos en la realización de un cortometraje, que ha venido exigiendo una enorme dosis de energía de todos nosotros. Por lo tanto, tendremos que decantar nuestra concentración a ese proyecto hasta llevarlo a buen término.

Lo magnífico: a nuestro regreso, traeremos para ustedes artículos que serán un regocijo, tanto para ustedes como para los redactores. En la línea de John Carpenter ya saben lo que les espera, así como aquellos que todavía aguardan la segunda parte de la revisión de Greed; adicionalmente, hay una nueva sección que seguramente será del agrado de todos, en la que finalmente podemos hablar no-tan-bien de aquellas películas que no calaron tan hondo en nuestro corazón.

Como siempre, invitamos a que rebatan nuestra posición, nos arrojen tomates o proyectiles de su preferencia, y participen con nosotros en esta experiencia de costura que es Filmigrana.

Recordamos que mientras tanto pueden visitar la página de enlaces, y buscar algo entretenido para leer.

Paciencia, les pide Robert Mitchum.