Aprovecho este pequeño aviso para comentar dos cosas, una de ellas relacionadas con la Clase Magistral de Erich von Stroheim:
La primera de ellas es que, de acuerdo a la cronología de sus obras, la siguiente película en su haber, The Devil’s Passkey (1920) no podrá ser desmenuzada por los odiosos escritores de Filmigrana, debido a que el original de celuloide se pudrió en las bóvedas de Universal.
De acuerdo a su sinopsis completa, proveída por TCM (Turner Classic Movies) se lee que la película trataba de lo siguiente:
Grace Goodwright, la esposa de Warren Goodwright (un dramaturgo bloqueado que vive en París), es una mujer acostumbrada a vivir más allá de lo financieramente permitido. Grace está endeudada con la modista Madame Malot, quien le sugiere que el acaudalado Rex Strong [menudo nombre] podría ser la solución a sus problemas económicos. Strong le ofrece un préstamo a Grace a cambio de favores sexuales. Cuando Grace se niega, Madame Malot se enfurece ante la idea de perder su dinero e intenta enredar a Grace en una trama de chantaje. Warren lee un reporte del escándalo en un diario parisino en el que no figura nombre alguno y decide escribir una obra alrededor de esa situación. La obra se torna en un gran éxito, pero todo París se rie de Warren, quien no sabe que el personaje principal es su esposa. Tras descubrir la historia verdadera, Warren decide matar a Strong pero cede al último minuto, convencido de la inocencia de su mujer.
Pues sí, basicamente traduje pobremente lo que dice la página, palabra a palabra, pero ¿No resulta fantástico semejante argumento? Ya en la anterior película abordamos el espinoso tema del adulterio (no olviden que estamos en 1919) y nuevamente von Stroheim lo trae a colación, sin duda con la elegancia y decoro que caracterizó su obra anterior y con un estilo cinematográfico que estaría gestándose para sus películas futuras.
Vale la pena anotar que, entre los únicos miembros reconocibles del reparto de la película anterior están unicamente Sam de Grasse (nuestro Dr. Armstrong favorito) y Valerie Germonprez, la mujer en la luna de miel, esta vez en calidad de extra.
Es lamentable no poder apreciar esta película, cuya duración original era de 130 minutos. Así, nuestro excéntrico austríaco tendrá que esperar hasta la próxima reseña, Foolish Wives (1922) para poderle seguir la pista en su monumental ascenso y declive.
Estén atentos.
¡Ah! La segunda cosa que iba a comentar: no olviden leer la fantástica reseña que hemos publicado acerca de Dark Star, una de las muchas películas de género de John Carpenter.